Por Carlos ROMERO
Hacía falta la opinión de la gobernadora, Claudia Pavlovich Arellano, respecto a presencia de autos de procedencia extranjera, sin legalizar en el estado, y más allá, el operativo de agentes del SAT para confiscar algunos de ellos.
¿De cuándo a la fecha, un auto del SAT se para a media calle para quitar los autos que consideren de lujo, y que no estén legales en el país?.
Es imposible pensar en un operativo para recoger todos esos carros porque alguien los dejó entrar, y lo dijo ayer muy claro la gobernadora, “no pasaron volando” a México, entraron por una aduana donde alguien les permitió el ingreso.
La situación legal de esos carros no depende de si son modelo reciente o muy elegantes, todos entraron por donde mismo y sin papeles.
En los chuecos como en la vida, cada persona trae el que puede pagar. Los carros chocolate no se acaban porque son un negocio redondo y que da vuelta.
Quienes compran un auto extranjero saben que tienen dos opciones: Legalizarlo, que le constará al rededor de 800 dólares si es de modelo reciente y de lujo; y hasta 500 dólares si se trata de un auto modelo 2000 o más viejo.
Hoy este día, se puede importar modelos hasta el 2007, pero a partir del 1 de octubre se podrán importar modelos del 2008.
La presencia de los organismos “Pafas” que afilian a los autos indiscriminadamente, no es una garantía de legalidad. Más bien es un coto de poder del que se han adueñado algunas personas que, con el membrete de una Asociación Civil, “validan” la presencia de esos autos en el país.
Pero lo que entró ilegal, es ilegal. En este, el gobierno Federal está tan empeñado en limpiar la imagen de Enrique Peña Nieto en los temas sustanciales del país, que olvidan las formas para legitimar lo que no pudieron controlar desde el principio.
La gobernadora fue muy clara al decir que los carros chuecos se debieron legalizar al momento de su entrada al país.
La redada de hace unos días, confirma que el gobierno federal está haciendo las cosas al revés, en su afán de legitimar una medida que debieron tomar hace mucho.
En este momento, si usted tiene un auto “chocolate”, le diría que no tiene motivo para preocuparse y por dos razones: Difícilmente el SAT se echará encima a una población muy importante que posee un vehículo ilegal, y menos en periodo preelectoral.
A pesar de que los autos “chuecos” no pagan impuestos por transitar por las calles, usan los servicios que los demás pagan, no están registrados, no se les puede imponer una infracción.
Los autos “chuecos” son un producto ilegal que diariamente se mueve en nuestro ambiente, entre los que sí pagan impuestos y están hacen que la economía camine.
Muchos tienen apenas un carrito que los lleva y los trae y de verdad no pueden pagar la importación, pero otros usan el poder para traer autos de lujo y casi nuevos, esos son los que están al volante de la impunidad.
Hay un desgajamiento de la credibilidad en el gobierno Federal, cada día más grande y eso los lleva a tomar medidas sin medir las consecuencias.
Ahora parecerá que dejaron de decomisar los autos “chuecos” porque le tuvieron miedo a los dirigentes de los “Pafas” y a la reacción social; lo cual debieron haber medido desde que se permitió la entrada de esos carros, y cuando empezaron el operativo, hace dos semanas.
Y si lo bueno cuenta, como dice el trillado spot, esto cuenta pero en su contra.
—- ALGUIEN QUE ESTÁ APRENDIENDO MUY RÁPIDO es el comisario General de la Policía Municipal de Hermosillo, Jorge Suilo Orozco, quien tomó a la corporación cuando parecía un polvorín a punto de estallar y hoy está tomando las decisiones más sensatas del gobierno Municipal del Maloro Acosta.
Y quizá lo que esté haciendo mejor Suilo Orozco sean dos cosas: tomarle el tiempo justo a las decisiones y darlas a conocer de manera correcta, pero también no dejarse llevar por el canto de las sirenas que le dicen que todo está bien.
Debe haber mil cosas que no tienen conforme a la ciudadanía, pero se ha estado trabajando en las urgentes y la población lo nota.
Le cuento la historia de ayer, en un solo párrafo: un sujeto había navajeado a un niño, lo dejó grave pero vivo; la policía se hizo cargo de detener al agresor, que es vecino del infante y le dieron la atención muy rápida a la víctima. En unas horas, el niño ya estaba estable recuperándose y el agresor en la cárcel.
Con el miedo que estas cosas infunden en la ciudadanía y sabedor de ello, Suilo Orozco visitó al niño en el Hospital para darle la confianza de que se había hecho justicia y decirle que no tenga miedo.
Al inicio, cuando el Maloro Acosta decía que la inseguridad en Hermosillo era más un problema de percepción, la gente se lo reprochó. Tuvieron que pasar dos directores de policía, bastante goleados por la “percepción de las cifras reales”, que la llegada de Suilo Orozco también generó un reproche: ¿Por qué no lo pusiste desde el principio?
Hoy, las cosas se ven mejor en esa corporación, pero eso es solo lo que podemos ver. No hay que perder el enfoque de que el ciudadano es el jefe y a él se le deben las cuentas.
——HOY ESTARÁ COMO INVITADO a la mesa del Grupo de Periodistas Contrapunto 10, el senador Héctor Larios, que aún sin decirlo, se le notan las ganas que tiene de ser alcalde de Hermosillo.
Lo que tampoco dice, y eso sería importante aclarar, son los señalamientos que lo catalogan como un político poco rentable para el electorado, y que divide al PAN y muchas cosas más, que este día trataremos con él.
Gracias por leer estos párrafos.
*Soy Carlos Romero, reportero con 25 años de trayectoria.